GUARANI: LENGUA MARAVILLOSA, VALIENTE Y VIVA
Por David Galeano Olivera
El Guarani es una lengua soberana,
maravillosa, valiente y heróica, americana. No le falta nada y tiene de
todo y para todos los gustos. Y mi afirmación subirá de tono al sentenciar que
la Cultura Guarani fue y es una cultura perfeccionista. El
solo hecho de concebir o tener la noción de lo perfecto o de la
perfección, ubica a los “nativos” Guarani en una posición de vanguardia. La
palabra perfecto o perfección existe en Guarani y es katu
(y su variante ngatu que se utiliza con las palabras nasales).
Esto no es un invento actual o una concesión graciosa del Castellano para
enriquecer la Cultura Guarani. No. La palabra katu (amóva hekokatu)
pre-existió a la conquista. Es más, un intento de borrar ese concepto fue el
uso postcolonial de la expresión tekoporâ (amóva hekoporâ).
Los Guarani aplicaron la concepción de lo perfecto a muchas
circunstancias de su vida cotidiana, como, por ejemplo, al uso de la palabra.
Ellos se consideran ñe’êngatu (ñe’ê = palabra + ngatu = perfecta);
es decir, emiten palabras perfectas; y por consiguiente, dicen
solamente lo que deben decir, de manera objetiva. Para ellos, la
palabra es sagrada. Solamente hablan cuando tienen algo que decir.
En esencia, el indígena Guarani no miente; y por consiguiente, la lengua
tampoco.
El concepto de la perfección es algo que les apasiona. Es su razón de ser.
Basta recordar que en el Alto Parana y Kanindeju viven los Ava Guarani o Avakatu
o Avakatuete (donde ete es superlativo), es decir, personas
perfectas o plenas. Debemos aclarar que ellos -entre sí- se autodenominan
de esa manera y no aceptan la denominación de Ava Chiripa, nombre con el
cual se los bautizó, desde afuera. Resulta claro que ellos no vienen a
especular con aquello de que somos perfectibles o que debemos vivir procurando
el camino de la perfección. Es por ello que los Avakatu o Ava Guarani están
obligados moral y éticamente a practicar lo correcto, el error solo puede ser
una casualidad.
La imperfección siempre
fue una molestia para el indígena. De allí también la tradición del tera’o
(quitarse o cambiar el nombre). Esta notable práctica se daba y se da cuando la
persona comete una infracción moral. Ocurrida la imperfección, el siguiente
paso será ponerse un nombre nuevo, con lo que la persona recupera su tekokatu
(teko = vida + katu = perfecta). Pero ¡ojo!, la cuestión no pasa por andar
cambiando de nombre a cada rato. El tera’o es prácticamente un acto de
humillación social. Por otra parte, tampoco perdamos de vista que el indígena
Guarani está seguro que puede llegar a la plenitud de la perfección: el aguyje
(estado de gracia, que nada tiene que ver con nuestro cotidiano “muchas
gracias”). Estos ejemplos no son invenciones sino hechos ciertos. Así fueron y
así son (los ya pocos indígenas que aún quedan viviendo intensamente sus
tradiciones milenarias y consuetudinarias). Lo de milenario tampoco es un
invento. Los restos fósiles (enterrados en las tradicionales urnas funerarias
Guarani llamadas “japepo”) encontrados durante las excavaciones de la
Represa Itaipu y analizados con la técnica del carbono 14, tienen hasta diez
mil años de antigüedad.
Pese a 500 años de haber sufrido todo tipo de agresiones (una más
violenta que la otra), la mofología (estructura) y la sintaxis (funcionalidad)
de la lengua Guarani permanecen invariables e incorruptibles, pese
también a los varios intentos de degradación y de destrucción que -sistemáticamente-
sufrió. El Guarani, en su estructura profunda, sigue siendo Guarani.
No existe el jopara. El jopara o jehe’a es apenas una ilusión. El
jopara no es el cáncer ni el sida del Guarani… es apenas un susu’a. El
jopara o jehe’a es la demostración de la pereza mental del paraguayo, no del
indígena: dueño y usuario original del Guarani, quien aunque no contó ni
cuenta con un sofisticado y moderno soporte académico y tecnológico de
transmisión, supo mantener la esencia profunda de la Lengua Guarani.
2. DESARROLLO
El sueño de cualquier lingüista es toparse con el idioma más sencillo,
más simple, más fácil; aquel que resulte menos complicado en su análisis y en
su definición. Los idiomas o lenguas complejas son el dolor de cabeza de
quienes nos dedicamos a estudiar las diversas formas de comunicación.
Contrariamente al pensamiento de cierta gente no conocedora del Guarani,
que cree y que dice que el Guarani es difícil; nosotros estamos en condiciones
de demostrarle que el Guarani es fácil de interpretar y de usar. Como cualquier
otra lengua, el Guarani tiene sus claves misteriosas. Pero, en esencia, el
Guarani es una lengua muy simple, ágil, agradable al oído, bella y plena.
Con el propósito de demostrarlo me remitiré a algunos casos objetivos y
sencillos de interpretar:
2.1.
El Guarani pertenece, por su tipología, a la clase de lenguas
aglutinantes; es decir, forma sus palabras por aglutinación,
valiéndose por consiguiente de la composición: palabra + palabra (akâ + rasy
= akârasy) y de la polisíntesis: afijos (prefijos y/o sufijos) +
palabras (a + guata + se = aguatase). Por las dudas, aclaro que akârasy
quiere decir cefalea (dolor de cabeza) y “aguatase” significa
camino (yo), es la conjugación del verbo “caminar”, en la primera
persona, del singular.- El castellano por su parte, por su tipología, es una
lengua de flexión o flexiva.
2.2.
El Guarani posee todos los recursos léxicos para nominar cualquier elemento. No
perdamos de vista que, antes de la llegada de los conquistadores, todo
lo que había en esta parte de América tenía nombre en Guarani: las personas
(kuimba’e, kuña, mitâ, ava), su obras culturales: concretas (óga, apyka,
japepo, yvyrapâ) y abstractas (Ñande Ru Papa, tekojoja, tekokatu, tekomarâ), la
naturaleza: plantas (ygary, tajy, takua, hy’a), animales (maino’i, jaguarete,
piraju, panambi), minerales (juky, itaju, y). Todo ya tenía nombre en Guarani,
hasta el más insignificante elemento del entorno tuvo su nominación en el
Avañe’ê. No en balde se afirma que el Guarani es la lengua que más nombres
aportó a la botánica después del griego y el latín.
La coherencia formal del
Guarani inclusive se puede percibir en su mecanismo de formación de palabras.
Así, el Guarani siempre dió nombre a los lugares por la presencia abundante de
algún elemento natural en ellos, utilizando los sufijos “ty (ndy)” para
referirse a vegetales (aguai-ty, kurupa’y-ty, ka’arê-ndy, ky’ÿi-ndy) y
minerales (juky-ty, yvy-ty-rusu, ita-ty); y “kua” para indicar
abundancia de animales y personas (jaguarete-kua, guasu-kua, tapira-kua-y,
kamba-kua). Usó asimismo, el sufijo “y” para nominar las variedades
forestales (karanda-y, guapo-y, kurupa-y, jata-y, juasy-y, amba-y), y en
zonas acuáticas la “y” para indicar ríos, arroyos o cursos de aguas con
abundancia de determinados peces u otras especies y variedades acuáticas (pirape-y,
jatyta-y, akara-y, javevýi-y).
2.3.
El Guarani ni se parece al castellano… es más que el castellano, en
muchas cuestiones. Así, por ejemplo, el Guarani posee 33 fonemas, 9 más que el
castellano; que posee 24 fonemas (5 vocálicos y 19 consonánticos). Así también,
el Guarani posee un mayor número de vocales, 12 en total; por su parte, el
castellano tiene apenas 5. La sexta vocal Guarani es la gutural “y”, y
paralelamente a las seis vocales orales, se encuentran las seis nasales; que en
su uso, generan variaciones semánticas (pyta = talón / pytâ
= rojo /// oke = duerme / okê = puerta /// pytu = hálito /
pytû = oscuro /// aky = inmaduro / akÿ = húmedo).
2.4.
El Guarani es un idioma de silabación directa; lo que equivale a decir
que sus sílabas siempre terminan en vocal. El modelo clásico de las sílabas del
Guaraní es consonante más vocal (v + a = va) o vocal sola (a). En otros idiomas
existen sílabas indirectas (que terminan en consonantes o en consonantes
compuestas) y mixtas. La silabación directa es la silabación más sencilla.
Es por ello que las sílabas y palabras del Guarani son fáciles de pronunciar,
que no sea por tres o cuatro consonantes que no existen o no son comunes en las
demás lenguas. Así: jaguarete = ja / gua / re / te
----- panambi = pa / na / mbi -----
apykape = a / py / ka / pe.
2.5.
En Guarani la nasalidad tiene un régimen especial en materia de
aglutinación, pues la gran mayoría de los afijos (prefijos y sufijos) poseen
dos formas, unas para ser utilizadas con las palabras orales; y otras, con las
palabras nasales. Así por ejemplo, la palabra nasal ñana (la n y
la ñ son consonantes nasales) agregará el sufijo ndy, así ñanandy
(que significa yuyal: “ñana” = yuyo, y “ndy” = lugar donde abunda). En
cambio, una palabra oral como pakova agregará el sufijo ty, así pakovaty
(que significa bananal o lugar donde abundan bananos: “pakova” = banano, y “ty”
= lugar donde abunda).
A modo de muestra aquí,
brevemente, una mención de afijos similares: je – ñe (ajeheka
– añenupâ), mbo – mo (amboguata – amoñe’ê),
pa – mba (oguatapa – osêmba), kue
– ngue (ogakue – akângue).
2.6.
En Guarani existen sustantivos uniformes, biformes y triformes que
tienen también un régimen especial de uso. Los uniformes tienen
una sola manera de uso, por ejemplo, jagua que quiere decir perro.
Al indicar posesión, se dice: che jagua (mi perro), nde jagua (tu perro),
ijagua (su perro). La palabra “jagua” no varía. En cambio, en los sustantivos biformes
las palabras tienen dos formas, así: “ta’ýra” – “ra’y” que significa hijo
(del varón). Al usar, se dirá: che ra’y (mi hijo), nde ra’y
(tu hijo), ita’ýra (su hijo). Por último, los sustantivos triformes
tienen tres formas: “tesa” – “resa” – “hesa” que significa ojo. Al usar,
se dirá: che resa (mi ojo), nde resa (tu ojo), hesa
(su ojo). Cuando no se indica posesión se usa tesa, así: tesa
oîva ojesareko hese (todos los ojos se fijaron en él).
2.7.
Cosa rara pero interesante: en Guarani, los sustantivos indican tiempo;
a más del verbo, que por naturaleza lo hace. Así por ejemplo, se dice: “che ao”
(mi ropa), “che aokue” (mi ex ropa o la ropa que fue mía), “che aorâ”
(mi “futura” camisa o la que será mi camisa), y “che aorângue”, mezcla
de presente y pretérito (la que iba a ser mi ropa… pero no fue).
2.8.
En Guarani los objetos (inertes o inanimados), por ejemplo, las palabras como
“apyka” (silla), “óga” (casa), “korapy” (patio), etc. son de género neutro.
En cambio, en castellano “silla” es de género femenino, “casa” es femenino y
“patio” es masculino, pese a ser inertes y no estar sexuados.
Igual situación se presenta a la hora de definir el género de los insectos como
“tarave” (cucaracha), “tahýi” (hormiga), y “ky” (piojo). Estos insectos
corresponden en Guarani al género epiceno. En cambio, en castellano y de
manera arbitraria, “la” cucaracha es “la” (todas, sin excepción, aunque existan
de sexo masculino); igualmente, “la” hormiga es “la” (todas, sin excepción,
aunque existan de sexo masculino); y por último, “el” piojo es “el” (todos, sin
excepción, aunque la mitad sean de sexo femenino).
2.9.
En Guarani a más de los grados: positivo, comparativo, y superlativo
(que también existen en el castellano); existen varios otros más intensos y
descriptivos: eterei – iterei: “iporâiterei”; rasa: “iporârasa”;
etereirasa – itereirasa: “iporâitereirasa”. Estos tres casos
ejemplificados de los grados del Guarani no existen en el castellano;
por consiguiente, para la traducción, hay que hacer magia para -por lo
menos- aproximarnos a la significación de cada uno.
2.10.
El adjetivo posesivo de la tercera persona del Guarani, también
denominado índice de posesión de tercera persona, tiene diferentes
formas que se usan tomando en cosideración las características del sustantivo
al cual se refieren. Ejemplo: Su ropa es Ijao, Su cabeza
es Iñakâ, Su cara es Hova, Su patio es Ikorapy,
Su cabello es Hi’áva
En Guarani la “ij“ (ijao) se utiliza con sustantivos orales; que
empiezan en vocal y tienen acentuación tónica final. En cambio,
la “iñ“ (Iñakâ) se usa con sustantivos nasales; que empiezan en vocal
y tienen acentuación tónica final. Por su parte, la “h“ (hova) se
utiliza con sustantivos triformes. En tanto que, la “i“ (ikorapy)
se usa con cualquier otro sustantivo que no empiece con la “t“ u
“o“ móvil inicial. Por último, la “hi“ (hi’áva) se utiliza con sustantivos
orales o nasales que empiezan en vocal tónica inicial.
2.11. Lo siguiente es casi insólito: en Guarani apenas existen 6
verbos irregulares. Todos los demás son verbos regulares. En el castellano
y en los demás idiomas existen numerosos verbos irregulares (“ser” y
“satisfacer”, a modo de ejemplos, son dos de los que causan estragos en el
hablante paraguayo). No perdamos de vista que la presencia de verbos
irregulares complica las chances de cualquier hablante en el aprendizaje de
cualquier lengua; por consiguiente, a menor número de verbos irregulares
podríamos decir aumentan y mejoran las posibilidades del hablante, no solamente
para aprender a conjugar; sino -y sobre todo- en el aprendizaje “fácil” de una
nueva lengua.
2.12. En Guarani, en la conjugación de los verbos,
los afijos que señalan número y persona ocupan una posición prefija
al verbo; en tanto que, en el Castellano los morfemas que, entre otros,
indican número y persona ocupan una posición sufija al verbo.
Aguata
= Camino
Reguata
= Caminas
Oguata
= Camina
Jaguata
= Caminamos
Roguata
= Caminamos
Peguata
= Camináis
Oguata
= Caminan
2.13. El Guarani posee dos pronombres de primera
persona (plural). A uno de ellos, denominamos incluyente y es ñande;
y el otro recibe el nombre de excluyente y es ore; ambos
equivalen a “nosotros” del castellano. Al conjugar, se dice: ñande
jaguata, y luego, ore roguata. Ambas
conjugaciones en castellano corresponderán a “nosotros caminamos”.
2.14. En
materia de concordancia conviene afirmar que los adjetivos
calificativos del Guarani no poseen variaciones ni de número ni de
género. Por ejemplo, el adjetivo calificativo yvate, tiene una sola
forma para su uso; por consiguiente, la concordancia entre el sustantivo y el
adjetivo calificativo, no existe en el Guarani. En cambio, en el Castellano
los adjetivos calificativos sí poseen variaciones de número y género,
así por ejemplo: alto, alta, altos, altas, en directa relación de concordancia
con el sustantivo al cual se refieren. Así:
Karai yvate
= Señor alto
Karaikuéra yvate
= Señores altos
Kuñakarai yvate
= Señora alta
Kuñakaraikuéra yvate
= Señoras altas
2.15. En Guarani, las oraciones pueden tener el verbo
elíptico o tácito. Por ejemplo, el Guarani hablante dice “Kóva che róga ha
amóva nde róga” y al analizar encontraremos que “kóva” (éste / a) y “amóva”
(ése / a) son pronombres demostrativos, que “che” (mi) y “nde” (tu) son adjetivos
posesivos; y que “róga” (casa) es sustantivo. La traducción: “Ésta es
mi casa y ésa es tu casa”. En síntesis, el verbo “ser” no apararece
escrito en la oración, pero está presente -sin ninguna duda- en la estructura
profunda de la oración.
2.16. En Guarani existe la denominada construcción del genitivo,
donde el poseedor precede a la cosa poseída, al contrario de la construcción
Castellana. Por ejemplo:
Guarani:
Kalo
rembireko ohókuri Ka'aguasúpe
Traducción directa:
Carlos
esposa fue Ka'aguasu a
Castellano:
La esposa de
Carlos fue a Ka'aguasu
2.17. En Guarani existen posposiciones; en el castellano, por su
parte, existen preposiciones. El hablante del avañe’ê dirá: “che aha ógape”.
En este ejemplo se aprecia que “pe” va pospuesto a la palabra “óga”. La
traducción directa será: “yo voy casa a”; lo que en castellano se dirá:
“yo voy a casa”.
2.18. En Guarani, por ejemplo, existe un saludo cotidiano a la
siesta y que es “Mba’éichapa ndeasaje”, cuya traducción sería
aproximadamente: “Buenas siestas” o “Cómo estás a la siesta”; expresión
de cortesía ésta que no existe en el castellano. Lo que demuestra que el
Guarani es una lengua diferente y más expresiva.
Estos son apenas algunos muy
contados casos que demuestran que el Guarani es una lengua singular, viva,
completa; con estructura lingüística propia definida y soberana, distinta a
otras lenguas.
3. CONCLUSIÓN
El Guarani es una lengua maravillosa y valiente, hablada por
casi diez millones de personas en América (de las cuales cerca de cinco
millones viven en el Paraguay). El Guarani es una necesidad, es nuestra esencia
vital. El Guarani sobrevivió a las agresiones. Pese a todo, en la
actualidad quien no habla Guarani está prácticamente perdido (gobernante,
abogado, médico, ingeniero, agricultor, comerciante, periodista, sindicalista,
policía, etc). Por ejemplo, los políticos -incluidos aquellos que hasta hace
poco tiempo renegaban del Guarani- hoy se ven obligados a hablar el
Avañe’ê, a fin de evitar el fracaso o el descrédito político. El número de contreras
del Guarani, comparado a veinte años atrás, se redujo notablemente.
Para suerte del Guarani esos pocos colonialistas y antiguaranistas cada
día son menos. Algunos en su afán de liquidar al Guarani han envejecido
más rápidamente, hoy usan bastones y ya no les queda mucho tiempo de vida. Creo
seriamente que en unos años más morirán todos. En cambio, el Guarani, quebranto
de ellos, sigue bien vivo y sorteando todo tipo de batallas que la vida
le presenta. Hasta me arriesgo a decir que el Guarani funciona en base a la
premisa: a más batallas libradas, más y mejores experiencias ganadas para
enfrentar exitosamente los siguientes desafíos.
Cada batalla ganada engrandeció
más y más al Guarani no solamente en el Paraguay sino que en todo el mundo. Por
eso, hoy el Guarani es el centro de atención de una gran parte del mundo
(investigadores, universidades, Internet, etc). El Guarani ya se hizo
pire atâ (piel dura). Al Guarani ya no le entran balas. Hoy sus
defensores y promotores están esparcidos como hongos por todas partes.
Pensar que tuvo tantos detractores de todos los colores y pelajes; así como
también muchos fueron los que “vaticinaron” su desaparición y muerte. Pero,
insisto, no pudieron y no podrán con el Avañe’ê. Al Guarani no lo van a
destruir con meros discursos “contreras” e infundados. Para matar al Guarani
habría que matar a cerca de diez millones de personas que lo siguen
hablando; y que, en la mayoría de los casos, tienen al Guarani como único
idioma.